La intranquila calma cambiaria domina el panorama económico en medio de una fuerte caída de la actividad
El país se encuentra sumergido en un panorama incierto; los altos niveles de inflación, la apreciación de la moneda doméstica sumado a una abrupta caída en el nivel de actividad preocupa a la totalidad de los argentinos.

Las estadísticas demuestran que las caídas en las ventas son un fenómeno fehaciente; por un lado, las ventas minoristas registraron una caída interanual del 27% en los primeros 2 meses del año y, la actividad industrial registra un declive cercano al 15% para el mismo período.
Por otro lado, la apreciación cambiaria cercana al 17% en la mayoría de los dólares libres conjugada con una fuerte inflación interna encareció fuertemente el tipo de cambio real. Ahora bien, ¿cuál es el factor que motiva esta caída en la actividad? y, ¿por qué la moneda doméstica se sigue apreciando día a día?
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Desde A&M Advisors identificamos dos elementos principales que motivan este fenómeno. El primero de ellos es la contracción real de la oferta monetaria y, por otro lado, la necesidad de financiamiento de los argentinos.
El plan económico del gobierno tiene como objetivo la contracción en la base monetaria; asimismo, esta medida tiene como consecuencia directa la caída en el nivel de actividad. Este efecto ocurre básicamente porque los agentes no poseen dinero para realizar sus transacciones económicas. En este sentido, la finalidad del gobierno es evitar que los individuos acumulen saldos monetarios involuntarios y que consecuentemente, los destinen a la compra de moneda extranjera (dólares). Desde el 10 de diciembre del 2023 a la fecha, la base monetaria redujo su poder de compra en un 35%.

Consecuentemente, la incertidumbre sumada a la escasez de dinero y, la caída en el poder de compra de los argentinos afecta tanto a la demanda como a la oferta de bienes y servicios.
Esto nos sienta las bases para introducir el segundo factor que motiva la apreciación del peso frente al dólar.
La recesión imperante impacta sobre todos los sectores de la economía argentina; tanto empresas como individuos han tenido una reducción en sus ingresos. Esta reducción en los ingresos es percibida como transitoria (hasta el momento); lo que significa que los agentes no han ajustado su nivel de vida producto de esta percepción transitoria de la recesión. Esta caída en los ingresos implica una necesidad directa de financiamiento.

En este preciso momento, los individuos se están financiando mediante el desahorro; el desahorro consiste mayoritariamente en vender moneda de reserva (dólares) para poder sostener el nivel de vida.
La venta de moneda de reservas por parte del público para financiar sus gastos aumenta la oferta de dólares y reduce su valor en pesos. Entonces, las necesidades de financiamiento sumado a la falta de pesos para las transacciones están llevando a que el peso argentino se aprecie. Sumado a esto, la falta de una política monetaria clara está llevando a que la inflación interna no merme. Los precios domésticos continúan encareciéndose y penalizando aún más al poder de compra de los agentes.
¿A qué vamos con esto? El dólar seguirá bajando en la medida que los agentes continúen desahorrando para mantener su nivel de vida o producción y, la inflación siga excediendo a la expansión de la base monetaria (producto de la compra de reservas). No debemos olvidar que la contracara de todo esto es la paralización de la actividad económica y el empobrecimiento de los argentinos.

La pregunta que sigue es ¿Hasta cuándo va a bajar? La respuesta a esta pregunta se responde con la productividad y el poder de compra. Los precios “en dólares” de un país se incrementan porque aumenta el ingreso de los individuos y seguidamente la demanda de bienes; este fenómeno se da naturalmente porque los individuos son más productivos.
Este no es el caso de nuestro país, a la vista no hubo ninguna mejora en la productividad de las empresas o los individuos en los últimos dos meses; por ende, entendemos que el abaratamiento del dólar reviste a causas artificiales. Entonces, A&M Advisors entiende que el fenómeno se debe revertir (el dólar dejará de bajar) para poder volver a acomodar los precios relativos. La reversión se va a dar cuando a) se terminen las fuentes de financiamiento de los individuos, o b) cuando la base monetaria empiece a crecer producto de la baja en la inflación.
Frente a la falta de certeza, lo más importante es siempre hacer una gestión efectiva de los recursos.



